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ICTUS en perros: Reconociendo, tratando y previniendo esta grave afección

El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), es una afección médica que afecta tanto a humanos como a animales, incluidos nuestros queridos perros. Si bien es una situación preocupante, es importante estar informado sobre los signos y síntomas para reconocerlo a tiempo y buscar atención veterinaria inmediata. En este artículo, exploraremos en detalle qué es un ictus en perros, sus causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y medidas preventivas para garantizar el bienestar de nuestras mascotas.

¿Qué es un ictus en perros?

Un ictus en perros es un evento neurológico que ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se ve interrumpido, ya sea por una obstrucción (embolia o trombosis) o una hemorragia cerebral. Esto provoca una falta de oxígeno y nutrientes en algunas áreas del cerebro, lo que puede dañar o destruir tejido cerebral. El daño cerebral resultante puede causar diversos síntomas y afectar la función neurológica del perro.

Signos y síntomas

Los signos y síntomas de un ictus en perros pueden variar dependiendo del área del cerebro afectada. Los más comunes incluyen:

  • Problemas de equilibrio y coordinación.
  • Dificultades para caminar o moverse.
  • Movimientos incontrolados de los ojos.
  • Pérdida del control de la vejiga o el intestino.
  • Debilidad en una o más extremidades.
  • Desorientación y confusión.
  • Pérdida del apetito y letargo.
  • Factores de riesgo

Factores de riesgo

Al igual que en los seres humanos, ciertos factores pueden aumentar el riesgo de ictus en perros, incluyendo:

  1. Edad avanzada: Los perros mayores tienen una mayor probabilidad de desarrollar problemas cardiovasculares y presión arterial alta, lo que puede aumentar el riesgo de ictus.
  2. Enfermedades crónicas: Problemas como la diabetes, enfermedades cardíacas y enfermedades renales pueden predisponer a un perro a sufrir un ictus.
  3. Lesiones traumáticas: Golpes en la cabeza o cuello pueden desencadenar un ictus en algunos casos.
    Diagnóstico

Diagnóstico de un veterinario

El diagnóstico del ictus en perros requiere una evaluación exhaustiva por parte de un veterinario. El proceso puede incluir:

  • Examen neurológico: El veterinario evaluará los reflejos, la coordinación y la función cerebral del perro.
  • Análisis de sangre: Se pueden realizar pruebas para detectar posibles causas subyacentes, como enfermedades metabólicas o infecciones.
  • Imágenes: La resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC) pueden ayudar a identificar cambios en el cerebro y confirmar el diagnóstico.
    Tratamiento y cuidados

Tratamiento y rehabilitación

El tratamiento del ictus en perros dependerá de la gravedad y la causa subyacente. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Terapia de soporte: Se pueden administrar líquidos y medicamentos para mantener la estabilidad del perro y controlar la presión arterial.
  • Medicación: Para reducir la inflamación y el edema cerebral, se pueden prescribir corticosteroides o antiinflamatorios.
  • Rehabilitación: Una vez que el perro esté estable, la rehabilitación física y neurológica puede ayudar a mejorar la función motora y neurológica.
    Recuperación y rehabilitación

Te recomendamos leer nuestro post Alimentación para perros en proceso de rehabilitación.

El proceso de recuperación de un ictus en perros puede llevar tiempo y paciencia. La rehabilitación puede incluir ejercicios de movilidad, terapia acuática y estimulación cognitiva. Es fundamental que los dueños sean comprensivos y pacientes durante este proceso, ya que cada perro puede recuperarse a su propio ritmo.

Es posible que durante el proceso de recuperación, se requiera de una silla de ruedas para perros para mejorar la recuperación del animal.

Prevención

Aunque no se puede garantizar la prevención completa de un ictus en perros, hay medidas que los dueños pueden tomar para reducir el riesgo:

  1. Dieta equilibrada: Alimentar a su perro con una dieta balanceada y de alta calidad puede ayudar a mantener su salud general y prevenir enfermedades crónicas.
  2. Control médico regular: Llevar a su perro a revisiones veterinarias periódicas permitirá detectar y tratar afecciones subyacentes antes de que se conviertan en un problema grave.
  3. Entorno seguro: Asegurarse de que su hogar sea seguro y libre de objetos que puedan causar lesiones traumáticas.
    Conclusiones

El ictus en perros es una condición seria y preocupante que puede afectar la calidad de vida de nuestras mascotas. Reconocer los signos tempranos, buscar atención veterinaria inmediata y brindar cuidados y rehabilitación adecuados son fundamentales para mejorar las posibilidades de recuperación. Con la atención y el amor adecuados, muchos perros pueden superar un ictus y disfrutar de una vida plena y feliz.

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