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Síntomas de la Espondilosis en perros y diagnóstico

La espondilosis, también se conoce como espondilosis deformante o artrosis vertebral, y es una condición común en perros mayores. Aunque puede no ser potencialmente mortal, puede causar molestias y afectar la calidad de vida de tu compañero peludo. En este post destacamos los síntomas de la espondilosis en perros y cómo se diagnostica esta condición.

¿Qué es la espondilosis en perros?

La espondilosis en perros es una afección degenerativa de la columna vertebral en la que se forman osteofitos o espolones óseos en las vértebras. Estos espolones pueden comprimir la médula espinal y los nervios, lo que puede causar dolor y limitar la movilidad del perro. La espondilosis es más común en perros mayores y suele afectar a la parte superior de la columna vertebral, especialmente en la región del cuello y la espalda.

Síntomas de la espondilosis en perros

Los síntomas de la espondilosis en perros pueden variar en gravedad y pueden desarrollarse gradualmente a medida que el perro envejece. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Rigidez en la espalda: Los perros con espondilosis pueden mostrar rigidez en la espalda, especialmente por la mañana o después de periodos prolongados de inactividad.
  • Cojera o dificultad para caminar: Los espolones óseos pueden causar dolor al caminar, lo que resulta en cojera o en una marcha rígida.
  • Dolor al tocar la columna vertebral: Los perros con espondilosis pueden reaccionar con dolor cuando se les toca la columna vertebral o la zona afectada.
  • Debilidad en las patas traseras: La compresión de la médula espinal puede provocar debilidad en las patas traseras del perro.
  • Cambios en el comportamiento: Algunos perros pueden volverse más irritables o reacios a realizar actividades que solían disfrutar debido al dolor asociado con la espondilosis.
  • Pérdida de coordinación: En casos más graves, la espondilosis puede afectar la coordinación del perro, lo que se manifiesta en problemas al saltar o caerse con frecuencia.
  • Cambios en la postura: Puedes notar cambios en la postura de tu perro, como encorvarse o mantener la cabeza baja debido al dolor.
  • Incontinencia urinaria o fecal: En casos avanzados, la espondilosis puede afectar el control de la vejiga y el intestino debido a la compresión de la médula espinal.

Diagnóstico de la espondilosis en perros

Si sospechas que tu perro podría estar experimentando síntomas de espondilosis, es crucial buscar la evaluación de un veterinario. El diagnóstico generalmente implica los siguientes pasos:

  • Examen físico: El veterinario realizará un examen físico completo de tu perro, prestando atención a la columna vertebral y cualquier signo de dolor o rigidez.
  • Radiografías: Las radiografías son una herramienta fundamental para diagnosticar la espondilosis. Pueden mostrar claramente los espolones óseos en la columna vertebral y ayudar al veterinario a determinar la gravedad de la afección.
  • Mielografía: En casos más complejos o para evaluar la compresión de la médula espinal, se puede realizar una mielografía, que implica la inyección de un tinte en el espacio subaracnoideo de la columna vertebral y la toma de radiografías.
  • Resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC): Estas pruebas de imagen avanzadas pueden ser necesarias para obtener una imagen más detallada de la columna vertebral y la médula espinal.
  • Análisis de sangre y orina: Estos análisis pueden ayudar a descartar otras condiciones médicas que puedan estar contribuyendo a los síntomas de tu perro.

Una vez que se haya realizado un diagnóstico, el veterinario podrá discutir las opciones de tratamiento y manejo de la espondilosis de tu perro.

Tratamiento y manejo de la espondilosis en perros

El tratamiento de la espondilosis en perros se enfoca en aliviar el dolor, mejorar la movilidad y brindar una mejor calidad de vida. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Medicamentos: Se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios y analgésicos para aliviar el dolor y la inflamación.
  • Fisioterapia y ejercicios terapéuticos: Un fisioterapeuta canino puede diseñar un programa de ejercicios para ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la movilidad.
  • Acupuntura y terapias alternativas: Algunos propietarios recurren a terapias complementarias como la acupuntura para aliviar el dolor y mejorar el bienestar general de sus perros.
  • Dieta y suplementos: Una dieta adecuada y suplementos como condroitina y glucosamina pueden ayudar a mantener las articulaciones saludables.
  • Camas y almohadillas ortopédicas: Proporcionar un lugar cómodo para dormir y descansar es esencial para los perros con espondilosis.
  • Control de peso: Mantener un peso saludable es crucial, ya que el exceso de peso puede agravar los síntomas de la espondilosis.

En casos graves o cuando los síntomas no responden al tratamiento conservador, la cirugía puede ser una opción. Sin embargo, la cirugía se reserva generalmente para situaciones en las que existe una compresión significativa de la médula espinal y otros tratamientos no han tenido éxito.

Conclusión

Un diagnóstico temprano y un enfoque de tratamiento adecuado pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de tu perro y aliviar su malestar. Si sospechas que tu perro puede tener espondilosis, consulta a un veterinario de confianza para un diagnóstico y plan de tratamiento personalizado. Con cuidado y atención adecuados, tu perro puede llevar una vida cómoda y activa a pesar de esta afección.

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